ARCHIVOS POLICIALES |
. |
EL CASO MATUTE JOHNS LAS HUELLAS DEL «CRIMEN PERFECTO» EN SUS PROTAGONISTAS |
. |
. |
Algunos de los acusados dejaron Concepción para siempre e intentan olvidar su pasado. Animita levantada donde se encontraron los restos del universitario se convirtió en lugar de peregrinaje. El cierre judicial sin culpables hace que aún cundan teorías de conspiraciones y encubrimientos. |
. |
«Gracias Jorge Matute por favor concedido». |
. |
. |
Este mensaje figura en una pequeña placa de mármol adosada a la cruz que se levantó en el kilómetro 22,6 de la Ruta de la Madera (VIII Región), camino a Santa Juana, donde en febrero de 2004 se encontraron los restos del joven Jorge Matute Johns. En el lugar también hay banderas chilenas, flores, candelabros y decenas de velas consumidas. La muerte del universitario ocurrió hace ya casi 14 años, luego de desaparecer la noche del 20 de noviembre de 1999 desde la discoteca La Cucaracha, generando una conmoción pocas veces vista. El caso, luego de diez años de investigación, acusaciones, detenciones y procesamientos fue cerrado temporalmente y sin culpables por el magistrado Juan Rubilar, dejando disconformes a todas las partes. Por eso siguen rondando las sospechas y teorías de conspiraciones. «Si alguien confiesa o entrega datos razonables para investigar podría reabrirse (la investigación), pero a 14 años que se van a cumplir podría estar prescrito el delito, estoy haciendo una suposición, pero podría ser», dijo quien fuera abogado de la familia Matute Johns, Fernando Saenger. Los 14 años transcurridos desde el crimen cambiaron dramáticamente la vida de quienes se vieron involucrados en el caso. El dolor en la familia no cesa y entre los inicialmente inculpados algunos, incluso, decidieron cambiar de vida para dejar atrás el manto de sospechas que se tejió en torno a todos quienes estuvieron ligados a las últimas horas del joven Matute. A 14 años del «crimen perfecto», el caso aún sigue abierto. |
. |
LA MADRE: «A LO MEJOR A ALEX LE HICE DAÑO» María Teresa Johns cumplió 66 años el 20 de enero pasado. Después del 27-F decidió venirse a Santiago, pero «en estos 14 años yo no he dejado de tocar puertas», dice. Incluso pidió ayuda a la Presidenta Bachelet y hace unos dos años trató de hacer lo mismo con Sebastián Piñera, aunque dice que no logró nada. Vive sola en un sencillo departamento a pocas cuadras del Parque Araucano. El lugar está cuidadosamente decorado con artesanías y recuerdos de viajes. En el living hay un pequeño marco con una sola foto: aquella donde su hijo aparece con un poco de barba, mirando tranquilo a la cámara. La misma que sirvió para buscarlo durante años. Teresa se ve más joven que en aquellos años en que el cuerpo de «Coke» aún no aparecía, pero cuando habla del caso su cara, y en particular sus ojos, reflejan la misma desazón y agotamiento. |
. |
Pero no se quiebra mientras habla. Ni siquiera mientras recuerda el encuentro final con Jorge, en el SML. «Recorrí toda la bandeja mirando a mi hijo huesito por huesito, porque quería cerciorarme de que era él. Me di cuenta de que le habían botado toda la dentadura también. La perito Isabel Reveco me dijo que lo golpearon, que tuvo una hemorragia y estuvo algunos minutos con vida. Fue terrible para mí. Yo quería arrancarno quería escucharla. Pero por último sé que ese fue el peritaje verdadero. Yo no sé por qué pusieron después a otra perito, de apellido Cerda, que en su informe no determinó causa de muerte. Desde que pusieron a esa señora yo supe que no iba a hacer nada. Para el ministro Juan Rubilar (que tuvo a su cargo el caso y lo cerró sin culpables) mi hijo se secuestró y mató solo. Nunca me ha querido recibir, todo ha sido un rotundo no». Su esposo, Jorge Matute, falleció en agosto de 2011. «La verdad es que ese fue otro motivo para que yo también me quedara acá en Santiago. Cuando Jorge se enfermó me llamaba y me decía necesito plaquetas, necesito sangre, y yo parecía mendiga como andaba acá en Santiago, pero hasta último minuto lo ayudé. El estaba muy preocupado por qué iba a ser de mí. Ahora estoy luchando sola y voy a seguir luchando mientras tenga vida y salud. Para mí mi hijo no va a morir nunca». En Santiago tiene a una hermana y a su hijo Alex. Por este último siente remordimientos. «Yo no me daba cuenta, lo veía llorar, que estaba días enteros declarando con la policía, pero no me daba cuenta de que me necesitaba. Siempre he dicho que tengo una deuda con él, que se la jugó por su hermano, que se echó a mucha gente encima. A lo mejor a Alex le hice mucho daño, en el sentido que se involucró mucho y lo veo sufrir en silencio». Incluso el dolor que ha vivido le hace afirmar que «yo quiero a mis nietos (hijos de Alex), pero no soy una persona apegada. Porque cuando Ignacio nació yo dije nunca más voy a ser aprensiva con alguien». Entre otras actividades, está aprendiendo francés, Y leyendo con mucho cuidado el libro «40 casos criminales y cómo consiguieron resolverse» que alguien le regaló. Finaliza: «He pedido de distintas maneras que digan qué es lo que sucedió esa noche para yo poder asumir este duelo.No quiero que me pase lo de Jorge, irse con una pena tan grande, sin saber lo que le sucedió a un hijo. Yo quiero saber». |
. |
LOS IMPLICADOS: VARIOS DEJARON CONCEPCIÓN Y HAY UNO QUE USA OTRO NOMBRE Teresa Johns siente que hay una persona que aún le debe mucho. Se trata de Gerardo Roa, con quien «Coke» acudió a la discoteque esa noche de octubre. -Supe que se recibió de ingeniero comercial y trabajaba en Santiago. Y también me enteré de que se cambió de nombre. Si yo lo encuentro, quiero que me diga qué pasó esa noche, porque él sabe. El nunca nos acompañó en una marcha ni en una misa, ni nos ayudó a buscar. Sus padres vivían cerca de la Municipalidad de San Pedro de la Paz y también se fueron. Soy bien sincera, nunca me gustó Gerardo Roa ni su familia. Roa estaría trabajando actualmente en el rubro de la tecnología. |
. |
Otro de los implicados fue Bruno Betanzo, dueño de La Cucaracha y a quien sindicaron como responsable porque supuestamente Jorge Matute flirteó con su entonces pareja, Carmen Sereño. El médico cirujano, dicen quienes lo conocían, se sentía cansado de la persecución mediática y los pleitos judiciales con la familia Araos. No quiso hablar más con la prensa y luego de cerrar su local y venderlo se dedicó a su segunda carrera, la arquitectura. Hace un par de años decidió emigrar a Antofagasta, donde sigue viviendo. Prácticamente no hay rastros suyos, tal como pasó con su local, La Cucaracha. Hoy en el sector donde estaba emplazada (camino al aeropuerto) se construyó un gimnasio. Su ex mujer, Carmen Sereño, vive en Talcahuano y sólo dice que quiere dejar todo atrás. «No quiero hablar del tema, ni siquiera me quiero acordar del caso», dijo a «La Segunda». LOS JUECES DEL CASO La jueza Flora Rojas fue la primera que investigó formalmente la desaparición de Coke y estuvo sólo hasta diciembre de 2002, cuando dejó el caso en medio de acusaciones de los familiares de los procesados y cuestionamientos de abogados defensores. Hoy está jubilada, vive en un departamento en el centro de Concepción y no quiere saber nada del caso Matute. El caso terminó en las manos del juez Juan Rubilar, quien actualmente es presidente de la Corte de Apelaciones de Concepción, y se jubilará en 10 días más. El magistrado puede en estos días dictar el cierre definitivo o dejar el proceso como está a la espera que la Corte designe a otro ministro. EL INVESTIGADOR: «SIN CAUSA DE MUERTE DETERMINADA, EL CASO SIGUE» El prefecto de la PDI Héctor Arenas (actualmente en retiro) asumió la investigación en marzo de 2000, con ocho detectives enviados desde Santiago por el director de la institución. «La misión era saber si había funcionarios de la PDI involucrados, porque eso se decía», recuerda. De hecho, actualmente está haciendo un magíster en Inteligencia Comunicacional en la U. Mayor y su tesis trata sobre «Impacto del discurso mediático en la investigación policial del caso de Jorge Matute Johns». Para ello hizo un análisis de prensa «y cómo de alguna manera la sobreexposición mediática que se dio como nunca antes en Chile, influyó en enrarecer aún más el caso». Fue la investigación que encabezó la que llevó a individualizar a siete jóvenes, basándose en que habría ocurrido una pelea en el estacionamiento de la discoteca, pero nunca logró comprobarlo totalmente ante la justicia. Sin embargo, saca algunas lecciones amables, como que a raíz del caso Matute «muchas cosas se corrigieron. Por ejemplo, existía la creencia de que tenían que transcurrir 48 horas desde una desaparición para empezar a investigar, pero era una torpeza, porque no está en ninguna ley, esa idea probablemente se construyó a partir de las series de TV. Las primeras 48 horas son esenciales: ahí se trabaja con indicios y una de las características de éstos es que se pierden». Asimismo, indica, «un error que hubo en la primera etapa es que no pusieron atención a lo que se ve mirando el lugar desde arriba. Con un avión institucional sacamos fotos aéreas para entender el problema y vimos por ejemplo que a ese lugar se llegaba en auto. Y nadie se había preocupado de los vehículos». Dejó el caso en 2005 y la policía en 2008 y luego de eso trabajó durante tres años en la ONU como investigador policial internacional para la Comisión contra la impunidad en Guatemala. «Ibamos a investigar grupos paralelos de seguridad, pero al final terminamos investigando matanzas. También el caso de Rodrigo Rosenberg, el abogado que dejó un video diciendo que si aparecía esa grabación significaba que a él lo había matado el Presidente Alvaro Colom». Recuerda: «Los problemas allá eran otros. Nadie quiere hablar. Entonces el valor de toda la pericia técnica, el análisis, es lo que permitió la solución». Para el detective Arenas el no haber encontrado a los culpables del crimen de Matute «no es una espina clavada. A mí me pagan por investigar y principalmente por descubrir indicios. Me baso en circunstancias fácticas. Ahora, si esos hechos no son valorados o por otras razones no adquieren relevancia como para que la persona pueda quedar presa o detenida, eso ya no es resorte mío». En cuanto al posible crimen perfecto en este caso, dice que «podríamos hablar a lo mejor de la investigación imperfecta. Si hubiera realmente un crimen perfecto lo más probable es que no se sabría nunca ni siquiera que ocurrió». Va más allá: «La causa de muerte del joven Jorge Matute no está determinada y mientras no se determine este caso va a seguir». PÁRROCO QUE RECIBIÓ EXTRAÑA CONFESIÓN AHORA ESTÁ CASADOEl cambio más drástico de esta historia fue el que vivió el ex párroco de la iglesia El Buen Pastor de San Pedro de La Paz, Andrés San Martín, quien dejó la sotana y hoy es profesor. Tal como el resto de los involucrados, tampoco tiene buenos recuerdos de lo que fue el caso. «Yo el caso Matute lo dejé atrás hace siete años, o él me dejó a mí. Pero ahora no me interesa hablar de eso», aclara. San Martín cobró relevancia en 2003, un año antes de dar con el cuerpo de Matute Johns (febrero de 2004), cuando aseguró saber de la muerte y secuestro del universitario. La información la habría obtenido durante una confesión y la dio a conocer durante la misa conmemorativa del cumpleaños número 27 del Jorge Matute. Después de eso, dijo, «nunca más hablé de ello». Pero la revelación le significó una amonestación de sus superiores. Fue trasladado como párroco a San Fernando, donde, en 2007, pasó al estado laical y se dedicó a hacer clases. Es profesor de matemáticas de enseñanza media. El mismo año en que dejó el sacerdocio se casó con una colega. Actualmente vive en San Fernando y es director de la Escuela Centinela, donde asisten unos 800 alumnos de situación vulnerable. Sus vecinos lo conocen como el cura del caso Matute y pese a lo raro que es tenerlo ahora de ‘civil’ le tienen cariño. «Es buena gente, dice lo que piensa, pero es de una sola palabra», cuenta Mariela, una apoderada. El remata: «Esto es lo que me hace feliz». |
. |
ABOGADO DE LOS MATUTE: «ME SIENTO DEFRAUDADO» Sumido en su oficina, con papeleo pendiente y tratando de comunicarse con Alex Matute, hermano del fallecido Jorge Matute, Fernando Saenger, abogado de la familia, hace una dura reflexión de lo que fueron los casi 10 años que estuvo de cabeza en el caso de la desaparición y muerte del universitario penquista. «Me siento defraudado, porque no logramos saber la verdad, al menos hasta transcurridos estos 14 años. Y, no sé, es difícil», dijo. |
. |
Para este abogado, que hoy se dedica a defender a víctimas del caso Alto Río (edificio que colapsó para el terremoto de 2010), en lo que se refiere a Matute Johns, «estamos ante un crimen, hasta ahora, perfecto. Cosa que según los científicos no existe, pero yo creo que sí. Aquí no hemos logrado saber qué pasó, porque es imposible que este joven se hubiera ido caminando desde La Cucaracha, pasar el río Biobío por el puente y luego seguir al sur otros 18 kilómetros». Agrega: «Las certezas (que hay del caso) se transforman en una incógnita cuando quieres saber cómo salió Jorge de ahí y en qué forma. Se investigó todo y no se logró nunca dar con la verdad y por eso me siento un poco defraudado. Algunos hablan de un pacto de silencio entre dos o tres personas, pero yo no puedo echar la culpa a nadie porque sería una irresponsabilidad. Ya muchos malos ratos me costó, muchísimos». -¿Qué faltó? -Yo creo que la justicia hizo todo lo posible por solucionar el caso, pero cada vez que se investigaba una arista resultaba falsa. No quedó nada sin investigar, lo único que podemos decir que faltó fue cumplir la promesa de las autoridades para realizar peritajes al cuerpo fuera de Chile, todas las ofertas de recursos quedaron sólo en palabras. Acá no se logró acreditar causa de muerte. Otro error que, dijo, enturbió la investigación fue la sobreexposición. «Hubo muchas pistas falsas, personas que querían vengarse, decían que el culpable era el hijo de un senador y un montón de cosas más. Ahí uno se da cuenta de cómo es la chismografía de este país. Se aprovechó esto dejar correr todo tipo de rumores. Pero todo llegaba a nada». EL DESTINO DE LOS SIETE QUE ESTUVIERON PRESOS Los siete jóvenes que en algún minuto fueron procesados y encarcelados por obstrucción a la justicia fueron sobreseídos debido a un cambio al Código Penal que se aplicó tras la entrada en vigencia en el país de la reforma procesal penal. El delito del cual se les acusaba fue derogado (se cambió por obstrucción a la investigación) y los jóvenes quedaron libres. La mayoría mostró interés por hablar cuando les solicitamos una entrevista, pero, transcurridas algunas horas, su actitud cambió radicalmente y se negaron a conversar. Lo cierto es que mantienen contacto entre ellos, como lo explicó Oscar Araos, quien dejó en manos de su papá (ver recuadro) la vocería asegurando que «ha sido duro, nos ha costado mucho, sobre todo el tema de las pegas». La actitud se replicó al ubicar en sus domicilios al resto de los amigos. En el frontis de su casa, ubicada en Villa Spring Hill (donde también vivía Matute Johns), Federico Homper, fue tajante: «No queremos saber nada, porque uno habla y eso da pie para que sigan preguntando. Ya conversé con mis amigos y no vamos a hablar». Consultados los vecinos de Homper, aseguraron que la familia es hermética. En otro sector de esta comuna intentamos ubicar a Cristián Herrera. Sólo estaba su madre, pues el joven trabaja en el norte por un sistema de turnos. La negativa se repitió al ser abordada: «Sufrimos mucho, hubo mucha injusticia». Los vecinos de esta familia aseguran que «él (Herrera) es tranquilo, su familia es de esfuerzo y que lo que pasó les afectó harto. Además, hubo otros problemas médicos del papá y familiares. Les llovió sobre mojado». Los que siguen en la zona son Carlos Alarcón, que se graduó de ingeniero, y Jorge Bañados. Este último se cambió de casa. Antes vivía en el sector de Idahue, que queda al comienzo del camino a Santa Juana (donde se encontró el cuerpo de Coke), hasta una parcela cerca del aeropuerto. Otro de los implicados en los primeros tiempos de la investigación es José Ignacio del Río, quien se dedicó a las asesorías en Santiago. Jaime Rojas -quien en algún minuto fue sindicado como el autor material de la muerte de Matute- registra domicilio en Quillota. El, en 2006, declaró que «creo que ninguno de nosotros podrá hacer vida normal, por lo menos en Concepción. Esto nos destrozó la vida». OSCAR ARAOS PADRE: «EL ESTADO VA A TENER QUE PAGAR» Oscar Araos, padre del joven del mismo nombre que fue uno de los principales acusados en el caso, consiente hablar para «La Segunda» sólo para recalcar que los siete muchachos son inocentes para la justicia y nadie puede intentar volver a mezclarlos en el caso. Su teoría, construida con su otro hijo, Cristián Araos (sicólogo y «perfilador criminal de una universidad norteamericana») es que el caso Matute está resuelto. En esencia, señala que fue «un caso de corrupción política y narcotráfico donde había políticos del más alto nivel involucrados. A Jorge Matute Johns los policías se lo llevaron muy cerca del lugar donde apareció su cuerpo y lo dejaron morir porque no se podía saber lo que pasaba dentro de la Cucaracha». |
. |
Acusa a personal de ambas policías de traficar y a los abogados de haber sido pagados para impedir que se supiera la verdad. Incluso habla de agentes encubiertos esa noche en La Cucaracha, que Matute Johns andaba con una joven rusa y que un efectivo policial fue asesinado para impedir que hablara. No es todo, señala que en el expediente del caso Matute faltan hojas y que la jueza que llevó primero el caso «a mí me reconoció que veraneaba en la casa de Bruno Betanzo (el dueño de la discoteca donde murió Coke). |
. |
Resume convencido: «Algún día el Estado de Chile va a tener que pagar, porque estamos frente a un crimen de lesa humanidad ejecutado por agentes del Estado». Por: Marjory Miranda, Patricio Meza y Patricio Pino viernes, 08 de noviembre de 2013 La Segunda |
. |
LAS NUEVAS PISTAS DEL CASO MATUTE JOHNS: HABRÍA SIDO ENVENENADO CON MISMA DROGA QUE MATÓ A MARILYN MONROE The Clinic Online 27 Enero, 2015 |
. |
La misma droga que mató a Marilyn Monroe encontraron en los restos de Jorge Matute Johns, lo que abre la tesis de que el posible asesinato del joven penquista pudo haber sido producto de un envenenamiento, recoge El Mercurio. Según detalla la publicación, la sustancia hallada es el Nembutal (genérico es el Pentobarbital), el cual […] La misma droga que mató a Marilyn Monroe encontraron en los restos de Jorge Matute Johns, lo que abre la tesis de que el posible asesinato del joven penquista pudo haber sido producto de un envenenamiento, recoge El Mercurio. Según detalla la publicación, la sustancia hallada es el Nembutal (genérico es el Pentobarbital), el cual es un barbitúrico que se puede encontrar en forma de ácido o de sal. Es una de las pocas drogas que producen una muerte tranquila y confiable, ya que provoca el sueño antes de detener el sistema respiratorio, lo que puede ocurrir en una hora, sostiene el artículo. Desde el Instituto de Salud Pública dijeron que este barbitúrico es solo de prescripción hospitalaria, y que no está disponible en el país. La investigación se me ha demorado un poco más, porque me están construyendo un metaperitaje que permita señalar la causa de muerte de Matute. Lo está haciendo un perito designado en Santiago hace 15 días”, dijo la ministra en visita que lleva el caso, Carola Rivas. El 20 de noviembre del año pasado, Rivas señaló que las pruebas recogidas permitían determinar que lo de Matute Johns fue un asesinato. El informe “revela elementos que me pueden llevar a decidir la causa de muerte. Lo que sí le puedo decir es que lo que sí hay es un homicidio. Eso le puedo decir”, dijo en esa oportunidad, justo cuando se cumplían 15 años de la desaparición del joven, en la discoteque La Cucaracha. CASO MATUTE JOHNS: OCULTAMIENTO DE TRAFICO DE DROGAS DE EMPRESARIOS, POLÍTICOS Y CARABINEROS IMPLICADOS, SEGÚN OSCAR AROS GUZMAN (PADRE DE LOS UNICOS PROCESADOS EN ESTE CASO) El caso Matute a pesar de su complejidad es posible explicarlo en unas cuantas líneas. Jorge Matute Johns, desapareció de una discoteca atestada de público con 500 personas y entre numerosos testigos, entre ellos su acompañante una joven rusa, después de ser golpeado brutalmente por uno de sus guardias. En la discoteca esa noche se realizaban transacciones de droga encubiertas por policías corruptos pertenecientes a la 1º Comisaría de Concepción y a la 3º Comisaría de Coronel. El jefe de la DIPOLCAR de Concepción escoltó personalmente al joven herido esa misma noche camino a Santa Juana. A Matute lo encerraron vivo al menos por un mes, en una parcela camino a Santa Juana, propiedad de un amigo del dueño de la discoteca, Bruno Betanzo, a tan sólo tres minutos del lugar de donde sus osamentas fueron cuatro años después halladas no por la policía si no por un lugareño relacionado con un cuidador de la parcela donde se fuera secuestrado. La droga era enviada a Santiago por dos oficiales de la policía de carabineros, el máximo jefe de la OS7 y por el asesor jurídico de Carabineros. Entre los compradores de droga se identifica al Intendente Regional, Martín Zilic, al Diputado Haroldo Fossa, al vicepresidente de la República de Chile José Miguel Insulza y al jefe de la Policía de Investigaciones de Chile Sr. Nelsion Mery. Ninguno de estos personeros jamás fue investigado en el marco de estos hechos pues eran ellos mismos los encargados de dirigir las pesquisas. Para encubrir los hechos, el jefe de la PDI, designó a un funcionario de su exclusiva confianza quien durante cuatro años no encontró ninguna prueba de nada, y que después de elegir a sus víctimas para echarles la culpa, los persiguió contumazmente, haciendo vista gorda de evidencias irrefutables de sus verdaderos autores, a quienes no investigo “para no desviar la atención de la investigación”. Matute fue la 3º persona asesinada por esta asociación ilícita, de un total de al menos 8 personas que corrieron la misma suerte, entre ellos tres policía asesinados por sus propios “colegas” al interior de cuarteles policiales en plena democracia. Los efectos en nuestra familia fueron devastadores, perdimos además de nuestras fuentes de trabajo nuestra honra y toda credibilidad pública. Sin embargo nunca bajaremos los brazos hasta que cada uno de ellos, uno por uno, enfrenten a la Justicia, la cual ha sido infiltrada con personal judicial corrupto. Oscar Araos Guzmán Padre de los únicos procesados por el Caso Matute Johns |
. |
. |